El mundo no gira alrededor del VC

Una guía visual para navegar otros caminos de inversión

Vehículos de inversión

Hice un mapa de vehículos de inversión porque, honestamente, no encontré uno que me sirviera. Así que armé uno. Me pareció que quedó bastante claro y lo comparto acá, como parte de este experimento que es aprender en público.

Si no sabés qué es un vehículo de inversión, arrancá por la primera parte. Si ya tenés el concepto, podés saltar directo al gráfico y sus ejemplos. Espero las críticas.

Vehículo de inversión

Si estás intentando hacer un emprendimiento, o ya tenés uno, una parte clave es entender cómo vas a articular el capital necesario para realizar tu visión, ya sea empezar o pasar a la siguiente etapa. En ese sentido, hay que equilibrar las expectativas del inversor y del emprendimiento.

¿Qué es un vehículo de inversión?

Es una estructura —a veces una organización, otras veces solo un contrato— que permite canalizar dinero de inversores hacia emprendimientos, administrados por emprendedores.

Me gusta la metáfora de que son como toboganes por donde circula el capital en busca de emprendimientos que los puedan transportar a la siguiente etapa.

Para el emprendedor, entender qué vehículos existen es clave. Elegir mal significa perder tiempo, energía… o prometer lo que no se puede cumplir. Por ejemplo: si estás en una etapa muy temprana y tomás deuda, te encadenás. Si das acciones de más, desmotivás al fundador.

Para el inversor, conocer el vehículo también ordena expectativas: ¿estás ayudando o sos un ancla? ¿Cuánta liquidez esperás? ¿Cuándo pensás recuperar lo invertido?

Qué espera un inversor ?

Para explicar lo que espera un inversor recurrí al mejor de todos los tiempos, el mismísimo Warren Buffett. Hice una adaptación de una de sus cartas a los accionistas (2011, página 16):

“Invertir es transferir ahora el poder adquisitivo a otros, con la promesa de recibir mayor poder adquisitivo en el futuro.”

Es decir: el inversor te da dinero hoy, esperando que sea devuelto en el futuro, y que en ese momento pueda comprar más cosas de las que podría comprar hoy con ese dinero. 

Podemos dividir esto en tres categorias…

Deuda denominada en una moneda particular. Esto incluye fondos de inversión, bonos, hipotecas, depósitos bancarios y otros instrumentos similares. El inversor presta dinero esperando recuperarlo con intereses, pero queda expuesto a la inflación, la devaluación de la moneda y obviamente que el emisor tenga la capacidad de cumplir la promesa.

La segunda categoría son los activos sin valor intrínseco. Son activos que no producen nada por si mismos, pero se compran con la esperanza de que alguien más los compre en el futuro a un precio mayor. Acá entran los tulipanes, el oro y, más recientemente, las criptomonedas (e.j. bitcoin). 

La apuesta es puramente especulativa: comprás con la esperanza de que alguien más —que también sabe que el activo no produce nada— lo quiera más que vos en el futuro y esté dispuesto a pagarlo más caro.

La tercera categoria son de activos productivos. Estos son negocios, granjas, bienes raíces. Tienen la capacidad de generar valor por si mismos. Si están bien gestionados, pueden proteger el capital incluso en escenarios inflacionarios.

El foco del inversor que estamos describiendo está en este último tipo. La idea principal es que, sin importar la moneda que se use en el futuro —cripto, piedras, papel o lo que sea— los humanos vamos a querer intercambiar un poco de nuestro esfuerzo por una empanada, por un techo o por un consejo médico.

Ese intercambio de bienes y servicios es lo que sostiene el valor a largo plazo. Por eso, acá el foco está en la inversión en empresas.

Qué espera un emprendedor ?

El emprendedor es la chispa que enciende la empresa. Es quien decide un día tomar riesgo y empieza a combinar una visión, un cliente con su dolor, arma un equipo y encuentra una forma eficiente de resolver el problema.

Dependiendo de la etapa en la que se encuentre, lo que necesita puede variar. No se trata solo de dinero.

En etapas avanzadas, cuando ya sabés cómo operar, probablemente se necesite mucho dinero para escalar. Pero en las primeras etapas, cuando todavía no hay claridad sobre el modelo de negocio, lo que se necesita es lo que los americanos llaman smart money: capital acompañado de sabiduría, experiencia, red de contactos, capacidad para achicar caminos y evitar errores comunes.

Mapa de vehídulo de inversiones

El mapa que propongo tiene tres variables:

  • Eje X - Riesgo: de 0 (poco riesgo) a 10 (alto riesgo). El riesgo se mide en función de la posibilidad de cumplir la promesa. Al comienzo, cuando solo hay una idea, recurrir a un AI (Angel Investor) puede ser adecuado, porque ayuda a bajar ese riesgo. Del mismo modo, estructurar capital público ni siquiera va a ser posible en etapas tempranas (y está muy bien que así lo sea).

  • Eje Y - Involucramiento: ¿cuánto me tengo que involucrar si pongo plata? Cero significa nada; diez es tener un rol activo. En vehículos como el venture studio, el involucramiento es alto y las líneas entre inversor y emprendedor se difuminan. En una empresa pública, en cambio, comprar acciones no implica ningún poder real.

  • Tamaño de la burbuja - Ticket mínimo: representa el ticket mínimo de entrada para participar del vehículo.

Con estas tres variables construí el siguiente gráfico:

El detalle completo de cómo construí el gráfico está en este Google Spreadsheet con info más detallada de cada vehículo.

Vamos mirando la lógica de esto con algunos ejemplos…

Friends and Family: 

No es un vehículo formal, pero muchos emprendimientos arrancan así.

Riesgo altísimo (10). Involucramiento bajo (2). Ticket bajo.

El problema: es que es muy poco líquido (no se puede vender fácilmente) y con alta probabilidad de fracaso. Si todo va bien, hay que esperar mucho hasta un “evento de liquidez” (por ejemplo, una adquisición). Si va mal —que es lo más probable—, el emprendedor y el inversor pueden quedar emocionalmente atado, aunque no haya deuda formal.

En general: muy mala idea.

Angel Investor, y Angel Sindicate:

Suelen invertir en etapas tempranas, como Friends and Family, pero tienen menos riesgo porque saben lo que buscan. Generalmente son emprendedores con experiencia, buen olfato y red de contactos. Ven cosas que otros no porque ya estuvieron en ese zapato.

Venture Studio

Una empresa especializada (por ejemplo, una fábrica de software) aporta trabajo que se traduce en equity del emprendimiento.

Riesgo alto (8), pero con un fuerte componente de involucramiento. A eso se le suma el costo de oportunidad de tener a tu equipo dedicado a un solo proyecto.

VC (Venture Capital)

Aunque hay muchos sabores, la lógica es simple: juntar capital de varios inversores (LPs) y apostarlo en varios emprendimientos.

Saben que la mayoría va a fallar. Pero si una pega fuerte, paga toda la fiesta.

En este modelo, o ganás grande o a “otra cosa mariposa”. Justamente se busca agilidad: aprender rápido si el emprendimiento tiene chances reales y, si no las tiene, dejar de dedicarle energía. No hay medias tintas.

Además, el emprendedor que sí tiene chances de ganar, tiene que ganar muy grande. Su éxito tiene que compensar todos los fallos anteriores del fondo. Por eso, la apuesta —por su propia naturaleza— tiene que apuntar a problemas grandes, con impacto masivo y posibilidad de escalar fuerte. Si no hay esa escala, el modelo no cierra económicamente.

El nivel de involucramiento suele ser bajo, aunque puede variar. Como invierten en muchas compañías al mismo tiempo, en general no se meten en el día a día.

Search fund

Tenía el gráfico hecho sin este modelo y había un hueco grande. Fue como encontrar un nuevo elemento en la tabla periódica cuando un amigo me habló de él.

El modelo tiene dos etapas: búsqueda y adquisición. Se financia la primera para identificar una buena empresa, y cuando se encuentra, se hace un all-in tanto de capital como de ejecución.

Me gusta mucho porque alinea muy bien los intereses del capital con los de quien ejecuta. Si no funciona, no gana nadie. Si funciona, ganan todos.

Lo riesgoso es que puede ser más lento para aprender y cambiar de rumbo. Como es una apuesta concentrada, puede costar diferenciar entre tenacidad y tozudez. Eso es algo que el modelo del VC —por su diseño más iterativo— suele detectar antes.

Otros

A medida que el emprendimiento madura y va perdiendo riesgo de mercado, empiezan a aparecer otros actores.

No están todos en este gráfico, pero intenté capturar varios. Hay muchos vehículos posibles, y cada uno aparece con un tipo de interés distinto. Por ejemplo, los fondos de growth equity buscan compañías que ya demostraron su modelo, pero necesitan capital para escalar fuerte.

También hay quienes financian adquisiciones, quienes compran participación minoritaria en negocios consolidados, quienes prestan sin tomar equity… la lista sigue.

Un IPO (Initial Public Offering) puede ser un camino, pero no es el único ni necesariamente el mejor. Gigantes como IKEA o Bosch son privadas por diseño, y van a seguir siéndolo.

Lo importante es entender que, a medida que el riesgo baja, cambian los jugadores. Y cada uno trae consigo otras condiciones, otros objetivos, y otra lógica de participación.

Conclusión

El gráfico me ayudó a ordenar el pensamiento sobre qué vehículo puede tener más sentido en cada etapa del emprendimiento. Y también, desde la mirada del inversor, a entender cuándo participar y qué riesgos está asumiendo.

Me gusta pensar la relación emprendedor/inversor como un ciclo que se potencia. Cuando eso pasa, aumentan las chances de que las cosas funcionen.

Un amigo/maestro —que es un referente inversor— suele usar mucho una palabra cuando habla de invertir en empresas: acompañar. Buscar empresas para acompañar. Me parece que define muy bien esa línea sutil entre lo que puede aportar el capital y lo que tiene que poner el emprendedor: esa energía vital que no se puede tercerizar.

¿A quién le puede servir este mapa?

Este contenido fue pensado para emprendedores, inversores curiosos y gente que está tratando de entender mejor cómo funciona el juego del capital y las empresas.

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